Buenos Aires, 1792. Arde el teatro de la Ranchería y las llamas iluminan la noche virreinal.
En su espantada huida, dos grotescas damas pierden el rumbo. Dejan atrás una tercera
hermana mestiza a quien dan por muerta en el siniestro. Caminan solas por una llanura
encharcada, entre pajonales y alimañas. Añoran la civilización, la cálida urbanidad europea
que les fuera legada por sus padres hispanos. Pero la impostura declina: toda tragedia
esconde una traición y la verdad les pisa los talones.